Por fin publicamos la crónica de la tercera etapa del reto de pintura. Los compromisos del día a día impiden muchas veces dedicar las horas necesarias al pincel, por lo que esta nueva etapa se ha hecho esperar un poco más. El objetivo de tener 1000 puntos para verano sigue en pie y esperamos organizar una pequeña campaña o evento con todos los ejércitos acabados.

Comenzamos a ver las unidades pintadas de cada uno de los Siete Señores de la Guerra del MES 3:
Para la tercera etapa Chuso nos presenta un Lord Celestant para su ejército de Stormcast Eternals. Como este mes no he andado con mucho tiempo libre, me he decantado por meter solamente 1 héroe para los Stormcast. Puedes consultar la guía de pintura paso a paso que publicamos hace unas semanas.

 

Para esta fase me he decidido a pintar un héroe. En este caso el portaestandarte principal del ejército. A nivel de juego da una serie de bonos muy importantes y a nivel trasfondístico era obligatorio, qué ejército que se precie no tiene un estandarte en condiciones. En lo que al curro de la mini se refiere, ha llevado cerca de 5 horas de conversión y 10 de pintado, si bien es cierto que esta última parte no tenía claro ciertos aspectos y me han retrasado más de lo que me gustaría. La conversión ha combinado plástico y resina, un gélido de elfos oscuros, una silla y patas de Saurus knight y la mitad superior de un portaestandarte de Venta Directa muy sexy. Ha sido un poco infierno porque no encajaba nada, por lo que he tenido que esculpir parte de las caderas y cintura de la montura, pero estoy muy satisfecho con el trabajo. Al final sigue la tónica de personalización y colorido que prima en mis lagartijos. Espero que os guste.

El retumbar de los tambores de guerra empieza a reverberar en las junglas de Lustria. La guerra de aproxima, y el sumo sacerdote slann se apresura a invocar y reunir a sus huestes. Los últimos en llegar han sido una bestia escupidora de ácido acompañada de cerca por sus cuidadores, que no dudan en clavar sus chuzos con punta en los ojos de la bestia para mantenerla controlada. El slann esperaba hasta cuatro de estas bestias, pero por el momento se deberá contentar con una. Además, para gran sorpresa del sacerdote, un héroe saurio ha escuchado la llamada. Armado con su bastón astral manufacturado por los ancestros, se dispone a inspirar y dirigir a los Saurus guard. A su lado, la guardia sauria cerrará escudos y avanzará como si fuera un único individuo, convirtiéndose en un ariete imparable penetrando en las filas enemigas. Podéis ver con detalle las figuras pintadas por Rubén en esta etapa en el post que publicó hace unas semanas.

 

Llegar a los 500 puntos ha sido un reto considerable, teniendo en cuenta que partía con un par de meses de desventaja. Para lograr ponerme a la par que el resto de Señores de la Guerra he pintado dos unidades de Ironguts, los cuales hacen 440 puntos. Junto al Maneater de la etapa anterior, ¡objetivo cumplido! Los Ironguts son la tropa de élite de los Gutbusters, y serán sin duda el núcleo ofensivo de mi futuro ejército.

 

La verdad es que llegaron tarde. Parte del bosque había sido completamente arrasado ya. Las avanzadillas Orruks y Grots habían sido subestimadas, y los Sylvaneth pensaron que no podrían aguantar al grueso de sus ejércitos. Por eso, aunque tarde, las Dríades de Felyndael llegaron de la oscuridad como un trueno y pudieron frenar por muy poco la hecatombre verde y amarilla. Mientras esperan a sus hermanos Revenants, la guerra se decidirá entre raíces y hachas oxidadas…

Para esta etapa decidí abordar la unidad que más miedo me daba pintar después de la Arachnarok, unos Fellwater Troogoths. Acostumbrado a los 15mm de Flames of War y las últimas miniaturas de Warhammer en 28mm, no estaba aun preparado para pintar figuras que se acercan a los 54mm, donde las superficies planas tan grandes son un reto a la hora de iluminar. Por no hablar del juego de manos buscando la mejor posición de la figura y pincel. Sería interesante para un debate, para mí ha sido la parte más complicada del proceso de pintura de estos bichos. A pesar de usar aerógrafo para la capa base e iluminaciones de área, he acabado tirando del pincel para mejorar el contraste.

¡Allá vamoz! ¡Allá vamoz! Numerosas pisadas de pequeños pies retumban en el horizonte. ¡Vienen loz canijoz! El plan de Arturo Pérez Reverde se está cumpliendo a la perfección. Veinte grots dispuestos a pinchar con sus lanzaz pinchonaz a aquel que se ponga por delante. No podía dejar de incluir unidades de grots en mi ejército, estos pequeñajos siempre me han atraído y además estos, en concreto, son un regalo muy especial de hace mucho tiempo. A nivel de juego, son el vehículo perfecto para los fanáticos y bueno ellos, ellos en si, pelean lo mejor que pueden. Respecto a la pintura, es la primera vez que pinto una unidad tan numerosa, si bien, estás miniaturas son bastante sencillas de pintar, me ha llevado tiempo acostumbrarme al pintado en cadena.